La Santísima Virgen María, la Madre de Dios, se les apareció en seis
ocasiones a los tres pastorcitos cerca del pueblo de Fátima, Portugal, entre el
13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. En Sus apariciones, la Santísima Virgen
les dijo a los niños que Dios La había enviado con un Mensaje para cada hombre,
mujer y niño que viviera en nuestro siglo.
En un momento en el cual la civilización estaba dividida por la guerra y
la violencia sangrienta, Ella prometió que el Cielo le otorgaría la paz al
mundo entero si sus peticiones por la oración, la reparación y la consagración
eran escuchadas y obedecidas.
Nuestra Señora les explicó a los niños que la guerra es un castigo por
el pecado, y les advirtió que Dios castigaría la desobediencia del mundo a Su
Voluntad con la guerra, el hambre y la persecución en contra de la Iglesia, del
Santo Padre y de los Fieles católicos. La Madre de Dios profetizó que Rusia
sería el "instrumento de castigo" elegido por Dios que esparciría los
"errores" del ateísmo y del materialismo alrededor de la tierra,
fomentando guerras, aniquilando naciones y persiguiendo a los Fieles en todas
partes.
En todas sus apariciones en Fátima, la Santísima Madre hizo énfasis repetidamente
en la necesidad de rezar el Rosario diariamente y de llevar a cabo actos de
reparación y sacrificio. Para impedir el terrible castigo a manos de Rusia, y
para convertir a “esa pobre nación”, Nuestra Señora pidió la Consagración
solemne y pública de Rusia a Su Corazón Inmaculado, hecha por el Papa y todos
los obispos católicos del mundo. Pidió también que los Fieles practicaran una
nueva devoción de reparación el primer sábado durante cinco meses consecutivos.
El corazón del Mensaje de
Nuestra Señora al mundo está contenido en lo que ha venido a llamarse el
“Secreto” que Ella le confió a los tres niños videntes en julio de 1917. El
Secreto consiste en realidad de tres partes, las dos primeras de las cuales ya
han sido públicamente reveladas. La primera parte del Secreto fue una
horrorizante visión del infierno “donde van las almas de los pobres pecadores”,
y contenía una urgente súplica de Nuestra Señora para llevar a cabo actos de
oración y sacrificio para salvar almas. La segunda parte del Secreto profetizó
específicamente el estallido de la Segunda Guerra Mundial y contenía la solemne
petición de la Madre de Dios, de la Consagración de Rusia, como condición para
la paz mundial. También predijo el inevitable triunfo de Su Corazón
Inmaculado después de la consagración de Rusia y la conversión de “esa
pobre nación” a la Fe Católica.
La última parte del Secreto (a veces llamada el "Tercer Secreto")
aún no ha sido dada a conocer, pero fue escrita por Lucía dos Santos, el último
viviente de los videntes de Fátima, en 1944 y ha estado en posesión de la Santa
Sede desde 1957. Fuentes de información sumamente confiables especulan que esta
parte del Secreto se refiere al caos en la Iglesia Católica, prediciendo la
extensamente difundida apostasía y la pérdida de la fe.
“Si hacen lo que Yo
os diga... tendrán paz.”
SANCHEZ,
SOFIA – GOMEZ, SOLEDAD – ALFONZO, MELISA – LUCCA, GIMENA – MARTÍNEZ, CAMILA.