Ser
Preceptor hoy, es una responsabilidad y un desafío.
La
tarea de Preceptor es servicio, su función es administrativa y docente.
Desarrolla
también una labor orientadora, debe cumplir una función pedagógica que vincula
con la acción del docente.
Su
rol está más allá de la oficina, está en el aula, en el recreo, en las
galerías, en la puerta de entrada, a veces hasta llega a la vida privada de los
alumnos y de su familia.
Pero
todo esto requiere creatividad, constante observación y evaluación de sus alumnos.
Debe
ser uno de los pilares del trabajo en el aula y en la institución. Se podría
decir que es como un espíritu al que nadie lo tiene en cuenta porque sabe que
es incondicional y en cualquier circunstancia va a estar a su lado.
Forma
parte del modelo de cambio y de renovación.
Debe
estar preparado para recurrir a la creatividad.
Es
el primero que llega al problema. Y al que recurren para su solución.
Y
nadie puede decir que no tuvo a su lado un Preceptor, porque desde la
Presidenta, Gobernador, Ministro de Educación, Profesionales, Religiosos y
hasta los ciudadanos comunes tuvieron la suerte de contar con uno.
El Preceptor es la
persona de quien el docente y el alumno piensan "cuento con vos".
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