SAN ROQUE
Este santo se
ha hecho famoso en el mundo por los grandes favores que consigue a favor de
pobres y enfermos. Su popularidad ha sido verdaderamente extraordinaria cuando
a pueblos o regiones han llegado pestes o epidemias, porque consigue librar de
la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomiendan a él.
San Roque: nació en Montpellier, de una
familia sumamente rica. Muertos sus padres, él vendió todas sus posesiones,
repartió el dinero entre los pobres y se fue como un pobre peregrino hacia Roma
a visitar santuarios.
Y en
ese tiempo estalló la peste de tifo y las gentes se morían por montones por
todas partes. Roque se dedicó entonces a atender a los más abandonados. A
muchos logró conseguirles la curación con sólo hacerles la señal de la Santa
Cruz sobre su frente. Con todos practicaba la más exquisita caridad.
Un día mientras atendía a un enfermo grave, se sintió también contagiado
de la enfermedad. Su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras. Para no
ser molesto a nadie, se retiró a un bosque solitario, y en el sitio donde él se
refugió, ahí nació un aljibe de agua cristalina, con la cual se refrescaba.
Apenas
se sintió curado, se dispuso volver a su
ciudad de Montpellier. Pero al llegar a la ciudad, que estaba en guerra, los
militares lo confundieron con un espía y lo encarcelaron. Y así estuvo 5 años
en la prisión, consolando a los demás prisioneros y ofreciendo sus penas y
humillaciones por la salvación de las almas.
Un 15 de agosto, del año 1378, fiesta de la Asunción de la Virgen
Santísima, murió como un santo. Al prepararlo para echarlo al ataúd
descubrieron en su pecho una señal de la cruz que su padre le había trazado de
pequeñito y se dieron cuenta de que era hijo del que había sido gobernador de
la ciudad. Toda la gente de Montpellier acudió a sus funerales, y desde
entonces empezó a conseguir de Dios admirables milagros y no ha dejado de
conseguirlos por montones en tantos siglos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario